Uniformes escolares para “Luz del Mundo”

FONPLATA

Fueron donados a casi 90 estudiantes de zonas vulnerables por el Comité de Voluntariado de FONPLATA

El sábado de carnaval niños y adolescentes de la Fundación Luz del Mundo, ubicada en la zona del Plan 3000, una de las más pobres en Santa Cruz de la Sierra, en Bolivia, esperaban ansiosos. Su expectativa no tenía que ver con la fiesta del Rey Momo, sino con su futuro. La alegría estalló cuando recibieron los uniformes escolares donados por el Comité de Voluntariado y Responsabilidad Social de FONPLATA.

Gabriela Rojas, directora de la Fundación, cuenta que este es otro paso para que los niños, con edades que varían entre los dos y los 14 años, puedan ir a la escuela. “Ellos esperaban este momento y están muy felices. Los uniformes nuevos dan aún más ánimo para que se sientan cómodos y estudien mejor”.

Los niños y niñas con sus nuevos uniformes entonaron una canción con palabras de agradecimiento para los voluntarios de FONPLATA. Buena parte de los niños que asisten a las escuelas de la zona son huérfanos y viven en la Fundación. Pocos tienen familiares que puedan acogerles.

Los mayores, alrededor de los 14 años, empiezan a aprender una profesión. Cuenta que en Luz del Mundo buscan dar herramientas para que los que alcanzan determinada edad puedan mantenerse por sus propios medios.

“Ellos eligen una especialización y damos el apoyo para que se formen. Un curso superior es muy caro, por lo que sugerimos una carrera técnica”, afirma. La vocación de Rojas se despertó muy temprano. Desde sus seis años era la encargada de cuidar de los hermanos, aún menores que ella, para que la madre pudiera vender helados caseros en las calles de la ciudad.

Por eso, Gabriela es una especie de madre de todos en la Fundación. “Llegué a formarme en Derecho. En cuanto recibí el diploma, se lo entregué a mi madre y pasé a dedicarme exclusivamente a cuidar de los niños. Es un trabajo sin fin y que me apasiona”, cuenta.

La alegría impera en medio de la algarabía de los niños. Es como si las puertas de la fundación dejaran fuera las duras condiciones de vida del barrio popular donde está localizada. En el pequeño patio hay juguetes, una sala improvisada de televisión y el comedor, que también sirve de sala de estudios.

Lo que los niños aprenden en las escuelas cercanas, es reforzado en la fundación. Cada uno de los niños de la institución ayuda a los demás, en una especie de comunidad donde lo que vale es el bien colectivo.

Este es el segundo año consecutivo en el que el Comité de Voluntariado y Responsabilidad Social de FONPLATA dona los uniformes a los niños y niñas de la Fundación “Luz del Mundo”. En 2018 la labor del Comité se centrará en torno a temas relacionados con la educación en Bolivia y en los otros cuatro países miembros de la institución (Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay).

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