Editoriales

Latinoamérica: parte de la solución al cambio climático

Pirapora, Brasil, la mayor planta de energía fotovoltaica de Latinoamérica
Cortesia Huffington Post/ Getty Images

Por Juan Notaro

Casi contemporáneamente a los esfuerzos del presidente francés Emmanuel Macron para que los Estados Unidos no abandonen unilateralmente el Tratado Global de Cambio Climático de Paris, nosotros firmábamos un acuerdo con la Agencia de Desarrollo Francesa (AFD), para combatirlo más efectivamente.

(Publicado originalmente en la columna del autor en El Huffington Post)

Parece una ironía pero es la realidad de una región que ha logrado construir una matriz energética limpia si es comparada a nivel global.

El convenio firmado con la AFD por 20 millones de dólares está destinado a la puesta en práctica de acciones para reducir los efectos del cambio climático.

Buscaremos así garantizar la sostenibilidad en el acceso de los servicios de agua y saneamiento a las poblaciones y regiones más vulnerables al impacto del cambio climático.

Esto se suma a las iniciativas que hemos apoyado ante la vulnerabilidad producto de las inundaciones en los países miembros de Fonplata (Argentina, Brasil, Bolivia, Paraguay y Uruguay)

América Latina es y ha sido parte de la solución al cambio climático. En efecto, mientras contribuye con un 9 por ciento en la generación de los gases que producen el cambio climático a nivel global, ha estado en la vanguardia de la acciones de mitigación y adaptación al mismo.

Según datos de Naciones Unidas el impacto del cambio climático en la región en términos de desastres naturales llegará a ser de 100 mil millones de dólares en 2050, en tanto 17 millones de personas resultarán desplazadas, convirtiéndose en una suerte de refugiados ambientales.

Tan solo en Bolivia, entre 1982 y 2014 más de 4 millones de habitantes han sido víctimas de los efectos del cambio climático.

Empero, el país ha ido logrando diversificar su matriz energética que hoy incluye energía termoeléctrica a partir de gas natural y energía hidroeléctrica.

Por otro lado, cifras oficiales de Paraguay indican que un 57 por ciento de su energía es hidroeléctrica y más del 20 por ciento es biomasa. El resto son energías convencionales que pueden ser sustituidas por eólica y solar.

El 100 por ciento de la energía en Uruguay es renovable con 60 por ciento de energía hidroeléctrica, 25 por ciento eólica y el resto solar.

En Argentina, el 50 por ciento es de energía hidroeléctrica, mientras que en Brasil, la energía renovable a base de etanol cubre más de 50 por ciento del mercado.

Estos datos son claro reflejo de la contribución de los países del cono sur latinoamericano al combate global del cambio climático.

Por nuestro lado seguiremos trabajando en la dirección de descarbonizar el desarrollo y hacerlo cada vez más resistente al cambio climático para favorecer así a los ciudadanos más vulnerables de nuestra región.

*Juan Notaro es el presidente ejecutivo de FONPLATA.

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