La mujer aún sufre restricciones laborales, alertan organismos internacionales

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Igualar derechos es una de las tareas de la Agenda 2030.

El informe “Mujer, Empresa y el Derecho”, elaborado por el Banco Mundial, evalúa el progreso de las mujeres en los últimos dos años e identifica oportunidades para garantizar el empoderamiento económico para todos. El análisis presenta un ranking con la situación de las personas del sexo femenino en todo el mundo.

En la Cuenca del Plata el país mejor posicionado es Paraguay, que obtuvo la calificación de “sin restricciones en el empleo de las mujeres”. Argentina, Bolivia, Brasil y Uruguay quedaron en la calificación de “al menos una restricción en el empleo de las mujeres”.

El documento evidencia la situación mundial de las mujeres, que enfrentan restricciones en el acceso a las instituciones públicas, el uso de la propiedad, para conseguir un trabajo, incentivos laborales, el acceso a la justicia, viabilidad de crédito a la construcción y la protección contra la violencia.   

La igualdad de derechos entre ambos sexos está entre los objetivos de la Agenda 2030, compuesta por 17 metas que contemplan la inclusión social, económica y política, independientemente de género, edad, raza o cualquier otra condición.

De acuerdo con la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en el logro de esas metas es fundamental tomar en cuenta el papel de la mujer en la sociedad, además de la brecha económica y social que los cuales es víctima.

“Las mujeres enfrentan grandes desventajas en el mundo del trabajo. Les pagan menos que a los hombres, incluso cuando hacen lo mismo”, describe una publicación del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) sobre los desafíos de ser mujer en el mundo laboral.

Las normas sociales imponen mayores responsabilidades domésticas a las féminas, y este trabajo, que le consume tiempo y energía física, no es reconocido y tampoco recompensado.

En América Latina y el Caribe solo el 7,2% de los cargos directivos están ocupados por ellas. En la investigación desarrollada por el BID, de 14.412 empresas, solamente el 21,4% tiene al menos una mujer en puestos de alto rango.

El análisis apunta a otro problema: desde 2002 la participación femenina en la fuerza de trabajo se redujo y, con solo el 54%, se encuentra más de 30 puntos porcentuales por debajo de la participación masculina – una de las brechas más marcadas del mundo.

La situación de la desvalorización profesional de la mujer también quedó en evidencia en una reciente investigación de la revista Forbes. La publicación destaca que entre las 75 personas más poderosas del mundo, solo 5 son mujeres. Por cierto, ninguna de ellas de origen latinoamericano.